El sector salud es uno de los más importantes y sensibles de nuestra sociedad, ya que se encarga de preservar y mejorar la vida de las personas. Sin embargo, también es uno de los más expuestos y vulnerables a los ciberataques, que pueden poner en riesgo la integridad, la privacidad y la continuidad de los servicios sanitarios.
Enseguida analizaremos cuáles son los principales desafíos que enfrenta el sector salud en materia de ciberseguridad, protección de datos e Internet Médico de las cosas (IMoT), y los beneficios que puede obtener al adoptar las mejores prácticas y soluciones para protegerse de las amenazas del día a día.
Desafíos de la ciberseguridad en el sector salud
Los desafíos de la ciberseguridad en el sector salud son múltiples y variados, pero podemos agruparlos en 10 categorías principales:
- Escasez de personal calificado en TI y ciberseguridad. El sector salud suele tener dificultades para contratar y retener a profesionales con las competencias y la experiencia necesarias para gestionar y proteger sus sistemas informáticos, lo que genera brechas de seguridad y vulnerabilidades.
- Infraestructura informática obsoleta y heterogénea. Se tienen sistemas y dispositivos de diferentes generaciones, proveedores y tecnologías, que no siempre están actualizados, integrados y configurados adecuadamente, lo que facilita el acceso y la propagación de los ciberatacantes.
- Alto valor y volumen de los datos de salud. Almacenamiento y manejo de una gran cantidad de datos personales y clínicos, sensibles y confidenciales de los pacientes, que tienen un alto valor en el mercado negro y que son objeto de robo, extorsión y manipulación por parte de los ciberdelincuentes.
- Aumento de la hiperconectividad y la movilidad. La incorporación de dispositivos y aplicaciones conectados a Internet, que permiten mejorar la asistencia, el diagnóstico y el seguimiento de los pacientes, tanto dentro como fuera de los centros de salud.
- Falta de concienciación y formación del personal médico. El factor humano es uno de los eslabones más débiles de la cadena de seguridad, ya que el personal sanitario suele desconocer o descuidar las normas y las buenas prácticas de ciberseguridad, lo que facilita la entrada y el éxito de los ciberataques, especialmente los de tipo phishing o ingeniería social.
- Alta criticidad y dependencia de los servicios sanitarios. La disponibilidad de servicios esenciales y vitales para la población, que no pueden permitirse interrupciones, retrasos o fallos.
- Cambios constantes de las normativas y regulaciones. El sector salud está sujeto a una serie de leyes y normas nacionales e internacionales que regulan la protección de los datos personales, la seguridad de los productos sanitarios, la responsabilidad civil y penal, etc. Estas normas son complejas, cambiantes y a veces contradictorias, lo que dificulta su cumplimiento y su supervisión.
- Escasez de recursos y presupuesto. Limitaciones de recursos y presupuesto para invertir en ciberseguridad, lo que implica que muchas veces se prioricen otras necesidades o se opte por soluciones más baratas y menos eficaces. Esto reduce la capacidad de prevención, detección y respuesta ante los ciberataques.
- Aumento de la sofisticación y la frecuencia de los ciberataques. Un panorama de amenazas cada vez más complejo y dinámico, en el que los ciberatacantes utilizan técnicas y herramientas más avanzadas y variadas, que se adaptan y evolucionan constantemente, para lograr sus objetivos maliciosos.
- Falta de coordinación y colaboración entre los actores del sector. El sector salud está formado por una gran variedad de actores, como hospitales, clínicas, laboratorios, farmacias, aseguradoras, proveedores, etc., que no siempre comparten información, recursos y estrategias de ciberseguridad, lo que dificulta la defensa y la respuesta conjunta ante los ciberataques.
Beneficios de la ciberseguridad en el sector salud
A pesar de los desafíos y las dificultades, el sector salud puede obtener una serie de beneficios al mejorar su postura de ciberseguridad, tales como:
- Mejorar la calidad y la eficiencia de los servicios de salud. Al contar con sistemas y dispositivos más seguros, actualizados y confiables, el sector salud puede ofrecer una mejor atención y un mejor tratamiento a los pacientes, reduciendo los errores, los retrasos y los costos.
- Proteger la privacidad y la confianza de los pacientes. Al garantizar la seguridad y la integridad de los datos sanitarios, el sector salud puede preservar la privacidad y los derechos de los pacientes, y generar una mayor confianza y satisfacción entre ellos.
- Cumplir con la normativa y la regulación. Al adoptar las medidas y las soluciones adecuadas de ciberseguridad, el sector salud puede cumplir con las exigencias legales y normativas que le aplican, y evitar sanciones, multas y demandas.
- Reducir los riesgos y los impactos de los ciberataques. Al fortalecer su capacidad de prevención, detección y respuesta ante los ciberataques, el sector salud puede minimizar las probabilidades de sufrirlos, y reducir sus consecuencias en caso de que ocurran.
En base a lo antes mencionado, es necesario que el sector salud adopte una cultura y una política de ciberseguridad, que involucre a todos los actores y que se base en las mejores prácticas y soluciones tecnológicas disponibles para garantizar la seguridad y el bienestar de sus pacientes.